En un mundo en que muchos jóvenes sueñan con ser youtubers, tiktokers e instagramers, cada vez hay menos jóvenes que se matriculan en carreras STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas). En los últimos años las matriculaciones han descendido algo más de un 30% mientras la demanda de este tipo de perfiles cada vez es más solicitado.
Mientras en Europa este tipo de carreras han ido ganando estudiantes, aquí se han decantado más por carreras de arte y humanidades. Solo un 18% de los alumnos eligen alguna de las carreras de ingeniería.
Dos motivos principales frenan a la juventud a la hora de elegir este tipo de estudios: la dificultad académica y la falta de orientación y conocimiento.
Este tipo de carreras suelen ser más complejas, requieren un mayor esfuerzo que los jóvenes luego no ven compensados con los salarios que hay actualmente en el mercado, así que suelen decantarse por otro tipo de carreras consideradas “más fáciles” y con mejor retribución.
El 40% de los alumnos dicen ver una gran dificultad académica en este tipo de estudios, sobre todo con las matemáticas, ya que el 73% reconoce dificultades para entenderlas.
Según un estudio realizado por la patronal de empresas tecnológicas DigitalES, el 25% de los estudiantes de Secundaria, Bachillerato y FP aseguraron que no escogerían estudiar este tipo de carreras porque desconocen qué oportunidades laborales tendrían en un futuro. Además de que solo el 38% de los alumnos de secundaria, bachillerato y FP tienen claro lo que quieren estudiar.
Y es que en el sistema educativo español las asignaturas tecnológicas son optativas. De hecho, el 30% de los alumnos encuestados de secundaria, bachillerato y FP nunca ha cursado ninguna materia de este tipo. Del 70% restante, el 61% ha cursado solo una asignatura y el 9%, dos o más.
Los profesores dicen no verse capacitados para orientar correctamente a sus alumnos con las asignaturas que deberían seleccionar para orientarlos hacia la carrera universitaria que desean cursar más adelante.
Otro aspecto es la feminización de los estudios. Mientras ellas suponen algo más del 55% de estudiantes universitarios, en los últimos años apenas suponen algo menos del 32% en las carreras STEM y siguen bajando. En 2018 la matriculación de mujeres en ingeniería tan solo fue de un 25 %. Y es que las mujeres suelen decantarse por estudios más sociales y no tan técnicos.
Como curiosidad, en 2019 tan solo tres alumnos consiguieron graduarse en la Universidad de Málaga en el grado de Ingeniería de Computadores. Desde la Universidad de Málaga comentan que de 60 alumnos que se suelen matricular en esta carrera, más de la mitad abandonan durante el primer año.
A finales del año 2019 se calculaba que había unas 10.000 vacantes de profesionales relacionados con estas carreras que era imposible de cubrir por falta de cualificación.
Esto afectará a la revolución 4.0, que ya ha empezado y que gracias al coronavirus se ha acelerado, ya que si no se cubren esos puestos con personal nacional hay dos opciones, o buscarlo en otros países o, como se ha hecho últimamente, contratar estudiantes que aún están a mitad de sus estudios.
FUENTE: El Mundo, La Sexta, El País, Magisterio
IMAGEN: Pixabay (Mudassar Iqbal)