Los procesadores más populares para ordenador tienen un problema de seguridad que permitiría hackearlos a distancia con métodos muy sencillos
La solución es sencilla, pero costosa: podría reducirse la potencia de las CPUs entre un 5% y un 30%
Este año no comienza con noticias tranquilizadoras en el mundo de la tecnología. Según una investigación de The Register, los procesadores de Intel de la última década tienen un grave fallo de seguridad que permite colarse en los ordenadores con facilidad.
Sobre el papel, permitiría que un programa con malas intenciones pueda leer las áreas protegidas de la memoria ‘kernel’ de un dispositivo, que es la memoria dedicada a tareas más básicas y a la interacción con varias partes del ordenador. Y no hace falta que sea un programa muy complejo: una aplicación para gestionar base de datos, o el propio código JavaScript que se utiliza en la mayoría de webs de Internet, podrían conseguir acceso a este tipo de memoria.
Una vez conseguido el acceso a la memoria ‘kernel’, sería posible obtener contraseñas y otra información protegida. Y dado que el fallo depende del procesador del ordenador, y no del sistema operativo con el que funciona, esta fallo de seguridad afecta por igual a equipos Windows, Linux y macOS.
Los detalles precisos de cómo se explota esta vulnerabilidad no han sido publicados y de momento no saldrán a la luz dado. Aún así, la gravedad del problema no debe ser menospreciada, pues multitud de desarrolladores están trabajando en un parche
Aunque la solución aún no está clara, se apunta que un parche capaz de afectar a la memoria kernel podría ser muy perjudicial para el rendimiento del equipo: los ordenadores podrían ver reducida su potencia bruta entre un 5% y un 30%, dependiendo de su potencia bruta y del modelo.
Una rebaja de estas características sería brutal para cualquier equipo, sea de gama alta o baja, y afectaría directamente a la capacidad del usuario en su trabajo o en su ocio. De todas maneras, no se ha confirmado que la solución vaya a ser tan severa y no está totalmente confirmado que el parche vaya a ralentizar los procesadores.
Dada la cuota de mercado y la popularidad de los procesadores Intel, este problema afectaría a un amplio número de ordenadores del mercado actual. Del mismo modo, los procesadores utilizados en servidores también entrarían en el grupo de afectados, lo que puede perjudicar gravemente a entornos de virtualización tan populares como los de Amazon o Google.
Que se hayan tardado tantos años en descubrir un problema de esta envergadura es algo excepcional, pero no resta importancia a la necesidad de actualizar y tener los dispositivos al día para evitar posibles problemas de seguridad. Aunque actualizar puede ser un problema según el dispositivo que tengas, por lo general es la mejor opción para evitar disgustos de esta índole.
Los procesadores AMD se encuentran libres de esta vulnerabilidad.
Fuente: El Mundo